Hace unos años, después de leer La playa de los ahogados de Domingo Villar, comencé mi propio libro
de los idiotas tomando la idea del padre de Leo Caldas. Un cuaderno donde
apuntaba el nombre de todos los imbéciles que me rodeaban más una pequeña
descripción de quiénes eran y por qué estaban allí.
- Dorotea, la Mofeta. Becaria de investigación que apesta (ya no es becaria, pero sigue apestando).
- Inés, la Cotorra. Asistente en el área jurídica. Porque habla como si no hubiera mañana y me mira las tetas haciendo que me sienta incómoda.
Durante años fue suficiente. Luego empecé el blog y apenas he tocado el
libro de los idiotas, aunque en cuanto termine de escribir estas líneas, lo
buscaré para actualizarlo. Lo que ha cambiado para que me haya decidido a pasarlo
a un blog es que muy a menudo me encuentro con gente que hace la vida de los
demás muy difícil y no me llega con describirlos en una línea. Son personas
aparentemente normales, que trabajan, se relacionan, se casan y tienen hijos,
pero detrás de eso se esconde un problema que no conocen o que directamente no
les apetece solucionar porque descargarse en los demás es mucho más divertido. Ayer,
hablando de una de estas piradas con Circe, me dio la idea llamándolos los
locos indeseables. Y aquí está su espacio.
Que empiece la terapia.
love, love, love it!!! la maquinaria mental es un océano ilimitado de posibilidades cuya expresión bien vale la pena presenciar.
ResponderEliminarVeremos si la mía se pone pone en marcha pronto :D
Eliminarbuenisimo
ResponderEliminarno te pasa solo a vos
yo hasta he pensado que yo soy la loca ya que a veces no lo puedo creer
un abrazo grande
me ha encantado leerte
Sí! Igual me pasa a mí, pienso que el problema es mío. Algunos son tan mezquinos que encima de atormentarte consiguen que creas que tú eres la culpable.
EliminarUn abrazo y encantada de verte por aquí.
Qué bueno, creo que igual te copio la idea porque sin duda es una buena terapia, al menos para desahogarte. Yo también había pensado usar el blog para desahogarme pero al final nunca lo he hecho, salvo una vez y ni siquiera fue en mi blog, le envié el texto a Sergio para que lo publicase en su blog porque necesitaba cortarlo para exorcizar ese mal rollo y que no me afectase en mi trabajo.
ResponderEliminarEncantada de leerte Dorotea, creo que nos hemos cruzado algunas veces pero hasta ahora nunca había venido a visitarte.
Hola, Noelia.
EliminarSí, creo que nos hemos cruzado por el blog de Sergio :)
A mí escribir me ayuda muchísimo para eliminar los malos rollos, pero claro, creé los dos blogs con esa intención. Entiendo que si la temática es otra no te apetezca empezar a despotricar un buen día sobre tus preocupaciones (aunque el blog sea tuyo :) ). Pero este formato del cuaderno de los idiotas, es efectivo también en papel (o en word). Simplemente un par de líneas para tener un registro de que alguien es gilipollas y ya te hacen sentir mejor jajaja, aunque no lo publiques :)
Un abrazo, y gracias por pasarte.
Buenas noches, he llegado a este espacio tan original y me ha parecido que tenía que comentar para decirte que me parece genial como terapia el hablar sobre las personas que nos incomodan. Yo uso mi blog para desahogarme en todos los sentidos y aunque lo he retomado hace poco, me está ayudando a quedarme como nueva jeje Encantada de haber llegado hasta aquí :)
ResponderEliminarGracias por pasarte y comentar, Ardid. A mí la idea del cuaderno de los idiotas me encantó desde el primer momento. También me quedo como nueva cuando escribo y al final decidí hacer el blog por si alguien con las mismas inquietudes aterriza por aquí. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn saludo.