Nombre:
S.
Edad:
sobre cincuenta.
Identificación:
compañera de trabajo.
Diagnóstico:
vagancia máxima, artista del escaqueo, mentirosa.
S. es una de las
peores compañeras con las que tengo que trabajar. No puedo decir que sea desagradable,
ni borde, al contrario, tiene un tono de voz con cierta dulzura, para engatusar,
una seguridad que te hace creer que la persona sabe de lo que está hablando,
aunque no tenga la menor idea. Cuando acabas de conocerla, puedes tener la sensación
de que todos los puntos han sido aclarados tras una conversación con ella,
aunque sigues tal y como estabas. Cuando la calas te das cuenta de que nunca
responde a nada. Hablar con ella es como entrevistar a una política. Ese empeño
en no dar detalles podría ser para ocultar información, pero si te está
explicando algo para que hagas una tarea para ella no tiene ningún sentido. Le
entregarás las cosas a medias o mal hechas y si lo quiere bien tendrá que
hacerlo ella, y eso es algo que quiere evitar a toda costa. No dice, no explica
porque no tiene ni idea de nada. Y tiene un cargo a pesar de que es una de las
personas más ineptas que conozco en la empresa.