14 junio 2022
Sesión 24: Una profesora Divina
22 marzo 2022
Sesión 23: Rosina, la lesionada saltarina
Nombre: Rosina.
Edad: indeterminada, entre treinta y cinco y cuarenta.
Identificación: alumna de mi amiga E.
Diagnóstico: mentirosa, calumniadora y un pelín estafadora.
Rosina es alumna de una de mis mejores amigas, que es profesora de fitness. Su problema es que la operaron de una pierna y tenía que guardar reposo unas semanas, pero seis meses después le dijo a mi amiga que aún tenía dolor, que las clases eran muy intensas y que solo iba a estar en clase quince minutos de un total de una hora. Pensaréis que no hay nadie que conozca mejor sus limitaciones que una misma, y es verdad. Solo que Rosina tenía muchos dolores para dar dos pasitos en la clase presencial de fitness, pero no para darlo todo, como si estuviera compitiendo, mientras seguía las indicaciones de una youtuber. Todo se sabe, sobre todo si vas y lo cascas, o si mandas por WhatsApp un vídeo tuyo machacándote en el salón de tu casa al ritmo de música movida.
02 febrero 2022
Sesión 22: Eloísa, mi profesora de literatura
Nombre: Eloísa.
Edad: cuarenta y.
Identificación: mi profesora de literatura española en bachillerato y COU.
Diagnóstico: triste, amargada, deprimida.
Eloísa fue mi profesora de literatura española en tercero de BUP y COU. Fijaos que poca afinidad teníamos que aprobaba su asignatura con cincos raspados y en selectividad me quedé rozando el sobresaliente. Y si no saqué más nota creo que fue por mi falta de confianza, provocada por ella. Siempre estaba pensando qué decir y qué no decir para no molestarla.
13 enero 2022
Sesión 21: Ramón, el novio posesivo
Nombre: Ramón.
Edad: treinta y ocho.
Identificación: novio de Q., una de mis compañeras de piso.
Diagnóstico: maltratador psicológico.
Ramón tenía treinta y ocho años cuando lo conocí. Q., veinticinco; yo, veintisiete. Es importante aclarar las edades porque Q., con su elección de pareja, buscó más un padre que un novio. Se puede buscar eso con una pareja con la que no haya diferencia, pero creo que Q. la necesitaba y Ramón la explotaba mucho, muchísimo, para sentirse y hacerle sentir a ella que él era superior.
No solo era paternalista con ella haciendo uso del mansplaining todo el rato, hablándole como si no tuviera ni idea de nada, explicándole el mundo como si ella no estuviera en el extranjero haciendo un máster y sacándose las castañas del fuego. También lo intentaba conmigo, pero mira por dónde, casi todos los hombres que me habían atraído hasta ese momento eran mayores que yo y no tenía problema en tratarlo de igual a igual. Además, yo ya tengo un padre y, sinceramente, es suficiente. Ya es bastante difícil eso de “matar al padre” como para tener que gestionar la tarea con más de uno. Y, sobre todo, no iba a permitir que una persona que no era nada para mí me dijera lo que tengo que hacer, lo que está bien y lo que está mal.
Creo que esto sería suficiente para considerarlo idiota y dedicarle una sesión, pero hay cuatro motivos adicionales, así que empecemos. De menor a mayor importancia: