05 noviembre 2019

Sesión 11: JotaJota desesperado por la pasta


Nombre: J.J.
Edad: sobre setenta.
Identificación: traductor contratado de vez en cuando por la empresa donde trabajo.
Diagnóstico: insistente rondando el acoso, muy probablemente tacaño o pesetero.


Conozco a JotaJota desde hace más de diez años. Heredé su contacto cuando me encasquetaron una tarea que no me tocaba hacer en el trabajo. Amable, educado, su tono de voz no dice los años que tiene aunque su manera de expresarse es anticuada, desfasada; llama a sus hijos “mis niños” aunque deben de ser cuarentones.

Nuestra relación seguía un patrón constante: una vez al año le enviaba textos para traducir y bye bye hasta el año siguiente. Pero, de pronto, cambié mi modus operandi. No recuerdo por qué, pero un año le hice dos encargos y debió de verlo como una oportunidad de conseguir una tajada mayor. Sin embargo, justo después de ese doble encargo, no he sido constante, con más ausencias que presencias, y eso lo pone en alerta. Al final, es un jubilado. Aunque sigue activo dando clases y traduciendo, tiene más tiempo para pensar… y dar el coñazo.