Sesión 6: S., la inepta

Nombre: S.

Edad: sobre cincuenta.

Identificación: compañera de trabajo.

Diagnóstico: vagancia máxima, artista del escaqueo, mentirosa.

S. es una de las peores compañeras con las que tengo que trabajar. No puedo decir que sea desagradable, ni borde, al contrario, tiene un tono de voz con cierta dulzura, para engatusar, una seguridad que te hace creer que la persona sabe de lo que está hablando, aunque no tenga la menor idea. Cuando acabas de conocerla, puedes tener la sensación de que todos los puntos han sido aclarados tras una conversación con ella, aunque sigues tal y como estabas. Cuando la calas te das cuenta de que nunca responde a nada. Hablar con ella es como entrevistar a una política. Ese empeño en no dar detalles podría ser para ocultar información, pero si te está explicando algo para que hagas una tarea para ella no tiene ningún sentido. Le entregarás las cosas a medias o mal hechas y si lo quiere bien tendrá que hacerlo ella, y eso es algo que quiere evitar a toda costa. No dice, no explica porque no tiene ni idea de nada. Y tiene un cargo a pesar de que es una de las personas más ineptas que conozco en la empresa.

Todos los años otra compañera y yo tenemos que entregarle unas tablas con datos de nuestros departamentos. Se supone que esas tablas contienen toda la información que ella necesitará para entregar a los diferentes auditores que se pasen por aquí durante el curso. De hecho, hace unos años llegamos al acuerdo con ella de que nos descornaríamos un par de meses para que no nos molestase el resto del año. Por supuesto, el invento ha sido tan efectivo como los objetos ACME utilizados por el coyote. Lo mejor de todo es que nos molesta en cualquier momento para que rellenemos otras tablas, labor que debería hacer ella con la tabla maestra. Pero para dificultarnos el trabajo, desordena las columnas, les cambia el nombre, borra el contenido de muchas celdas antiguas, rellena las nuevas con datos falsos. No sé a qué viene ese boicot, la verdad, a no ser que lo haga por joder. Pero como ya he dicho, cuanto más tardemos en hacer el trabajo, peor para ella, así que no entiendo. Aunque hace ya tiempo que no entiendo nada de lo que pasa en el trabajo.

Al menos sé que no es algo personal, es imbécil con todo el mundo. La última se la ha hecho al departamento de asesoría jurídica. Como después de tantos años de faena se le cae la cara de vergüenza si tiene que pedirnos favores extras, va mendigando por los diferentes departamentos dando pena con su vocecita melosa. Entre otros puntos a rellenar, mis compañeras de jurídica tenían que poner una descripción de mi puesto y se pusieron en contacto conmigo. Lo hablé con mi jefa y las dos llamamos a la persona que tiene que rellenar el informe. Ahí supimos que había sido S., la inepta, quien les había pedido la información. Segundo de silencio. Y mi jefa estalló con su tono cordial bastante alterado que S. tenía que tenerlo todo. Como nuestras compañeras no tienen la culpa, al contrario, son otras víctimas de esta incompetente, les ayudamos sin problema (mentira).

Después de este último suceso con mis compañeras jurídicas, me he dado cuenta de varias cosas.

S., la inepta tiene a todo el mundo manipulado para que le ayude.

Todo el mundo la detesta.

Nadie mal habla de ella, no sé si por educación o porque es alguien intocable.

Y mientras espero a que surja el próximo marrón (porque surgirá), sigo “dependiendo” de su ayuda para resolver dudas de su especialidad. El problema es que como no sabe nada, acabo por buscarme la vida y no siempre encuentro la respuesta, así que no me queda otra que improvisar e incluso inventar. Todo muy profesional.