Sesión 19: Mi primera médica de cabecera

Nombre: desconocido

Edad: cuarenta y pocos, o quizás cincuenta y pocos.

Identificación: mi primera médica de cabecera.

Diagnóstico: maleducada, absoluta falta de tacto.

 

 

No recuerdo apenas nada de ella, ni falta que me hace. Quizás tenía el pelo claro, rubio oscuro o castaño claro, pero como tirando a rojizo. Quizás. La vi muy pocas veces. La primera, porque todavía me quedaban vacunas por poner una vez que dejé a mi pediatra, la segunda por una consulta. Quizás hubo una tercera. Quizás…

Fue déspota, maleducada, menospreció mi problema, una enfermedad real que además me acomplejó durante años. Me llamó gorda. Con todas sus letras, con tono déspota.

 

“A ti lo que te pasa es que estás gorda”.

 

Como menor de edad yo tenía a la doctora de mi padre, no podía cambiarla si él no solicitaba y a él no le salió del moño (vale, no le salió de otra parte) hacerlo. Como nunca iba, como nunca tuvo que aguantarla. Así que decidí no volver jamás al médico si tenía que atenderme ella. Y lo cumplí. Aunque no sirvió de nada. Solo para pasar sin medicación unas cuantas gripes gordísimas, perderme algunas revisiones y para que ella siguiera feliz en su puesto de trabajo fastidiando a más pacientes.