22 marzo 2022

Sesión 23: Rosina, la lesionada saltarina

Nombre: Rosina.

Edad: indeterminada, entre treinta y cinco y cuarenta.

Identificación: alumna de mi amiga E.

Diagnóstico: mentirosa, calumniadora y un pelín estafadora.


Rosina es alumna de una de mis mejores amigas, que es profesora de fitness. Su problema es que la operaron de una pierna y tenía que guardar reposo unas semanas, pero seis meses después le dijo a mi amiga que aún tenía dolor, que las clases eran muy intensas y que solo iba a estar en clase quince minutos de un total de una hora. Pensaréis que no hay nadie que conozca mejor sus limitaciones que una misma, y es verdad. Solo que Rosina tenía muchos dolores para dar dos pasitos en la clase presencial de fitness, pero no para darlo todo, como si estuviera compitiendo, mientras seguía las indicaciones de una youtuber. Todo se sabe, sobre todo si vas y lo cascas, o si mandas por WhatsApp un vídeo tuyo machacándote en el salón de tu casa al ritmo de música movida.

Ese fue el primer paso de su plan. El segundo, fue decirles a algunas de sus compañeras que las clases de mi amiga E. eran muy suaves y que no le gustaba nada la música. Pero todo se sabe, sobre todo si vas y se lo cascas a una peluquera (perdóname, E., pero tu peluquera me ha puesto a huevo utilizar el topicazo como recurso… ¡es que no falla!).


El tercer paso de su plan fue dejar las clases para no tener que aguantar más la música tan poco molona. Le escribió a E. para decirle que lo iba a dejar durante un tiempo porque le dolía mucho la espalda, que desde que no va le duele, pero le duele menos. Me pregunto si también habrá dejado de saltar con los vídeos de Youtube ya que le dolía tanto la pierna.


Mi amiga E. supone que no se puede permitir el coste de las clases, pero en vez de dejarlas sin dar explicaciones que nadie le iba a pedir, se ha dedicado a mentir, a utilizar la salud como excusa y a tachar las clases de suaves igual a malas, perjudicando la reputación de una profesional.


En realidad, no sé cuál era su plan así que desconozco si le ha salido bien o mal. Sin conocerla, diría que algunas de sus compañeras de grupo respirarán aliviadas con su ausencia. Rosina las utilizaba para intentar vender productos cosméticos. Vendía poco tirando a nada, así que les ofrecía boletos a un precio de un euro para entrar en un sorteo. El premio, diferentes productos. No sabemos si eran muestras o eran cosas que no había podido vender, así que tampoco sabemos si solo quería recuperar una parte del dinero invertido o directamente sacar un extra de muestras que deberían ser gratuitas. Sí sabemos que no quería que le pagaran dejando rastro, así que prohibido Bizum o poner la marca de los productos en los pagos. Saber no sabemos, pero ese secretismo nos hace pensar mal. Y puede que no fuéramos las únicas. Los tiempos son malos para todas y, cuando alguien te ofrece cosas con tanto misterio, insistiendo hasta volverse cargante y encima teniendo que desembolsar pasta, puedes pensar por qué tienes que pagar por una rifa si hay usuarias en Instagram, Twitter o Facebook que sortean cremas, mascarillas y maquillaje solo por seguir a un par de cuentas y mencionar a una amiga.

5 comentarios:

  1. Si hasta sus compañeras estarían felices de que no esté, ha de ser tremenda basura de persona.

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    1. Jajajaja. No sé si basura, pero la gente respira aliviada cuando alguien insistente con vender deja el grupo o deja de hacerlo.
      Un saludo.

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    2. Eso es cierto. Ya me ha tocado verlo.

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