14 noviembre 2023

Sesión 32: Suspenso por alucinación

Nombre: J.
Identificación: profesor ayudante de Metodología de la ciencia.

Edad: Treinta y.
Diagnóstico: alucinaciones.
 
No puedo describirlo en detalle porque me acuerdo poquísimo de él. No recordaba ni su nombre, sólo que lo he buscado y no es difícil localizar a los profesores universitarios que hacen carrera académica. Tenía pelo negro corto y acento andaluz suave. Nuestra despedida fue a lo grande.
 
Era el ayudante de la profesora titular de la asignatura Metodología de la ciencia, que a mí me resultaba aburridísima. Cuando aparecía en clase, al aburrimiento se unía el punto (o dos, o tres) de mal humor que traía siempre con él y las clases eran insufribles. Pero lo mejor llegó el día del examen, que él supervisó.

Entré en el aula. Aún recuerdo perfectamente cuál era, en el primer piso, con orientación a la calle principal de la ciudad. Si entrara de nuevo en la facultad, podría ir directamente a ella con los ojos cerrados. Escogí el sitio que me convino, luego no resultó el más adecuado. No sé si se había fijado en mí antes. Creo que en clase pasaba bastante desapercibida. Ese día me echó el ojo (y no en el buen sentido) en cuanto me entregó mi ración de papel. El segundo error que cometí, después de la elección de sitio, fue necesitar una hoja extra nada más empezar el examen. La quería para notas, para hacer un esquema y tener las ideas medio ordenadas en una asignatura en la que todo era una niebla espesa en mi cabeza.
 
Él había dejado un montón de folios detrás de mí, así que me giré y cogí uno. El gesto no fue disimulado. Se veía claramente lo que había hecho y lo que no. Pero él se acercó enfadado y suspicaz, sólo que, en vez de preguntarme, interrogó a una de mis compañeras de atrás. Ella le dijo que había cogido papel y, en principio, así quedó la cosa, pero él ya había hecho sus suposiciones..
 
Cuando salieron las notas tenía un 4,5 sobre diez. Se suponía que la entrega de trabajos y prácticas subían un punto, lo que me haría alcanzar el 5,5 y aprobar, así que fui a la revisión para hablar con él. De nuevo quería el punto que me correspondía por haber trabajado durante el curso y esta vez no se trataba de obtener un notable sino de repetir o seguir adelante, de volver a pagar matrícula. ¿Qué pasó? Pues que me acusó de copiar.
 
Mirad, copié como una bellaca en todos mis exámenes de física en el instituto. No conseguía aprender ni una sola fórmula de memoria. Las llevaba todas anotadas con lápiz en la tapa de la calculadora. Pero eso fue lo único a lo que llegué. Nunca fui capaz, ni lo sería ahora, de ponerme a hablar con alguien para que me pasara las respuestas. En ese examen lo único que hice fue coger una maldita hoja en blanco. Me defendí con uñas y dientes. De hecho, si me estaba acusando de copiar, ¿por qué no me ponía un cero o invalidaba mi examen? Porque me tenía ganas y aún no sé por qué. Y los profesores, amiguis, tienen el poder. Siempre. Aunque sea alguien que aún no ha sacado el doctorado. Luego los hay que ejercen ese poder para el bien y otros se fían de sus alucinaciones.
 
Fui la única de la clase con una nota entre el cuatro y el cuatro con noventa y nueve que no aprobó gracias al punto de las prácticas. Y os aseguro que éramos unos cuantos porque la asignatura era un hueso. Tuve que repetirla y que la profesora ayudante del año siguiente fuera más maja no fue un consuelo. Fue la última que me quedó para titularme. Tardé un año más por su venganza.

4 comentarios:

  1. Es curioso cómo a veces pagamos un "pecado" cuando somos inocentes y salimos indemnes cuando no.
    A mí esa sensación de que los profesores eran todopoderosos nunca me abandonó. Y además en la universidad pasaban de todo. Aunque eso me hizo a mí salir de una revisión con un aprobado que me hizo conseguir el título. Pedí revisión dos veces en los años de uni. En las dos saqué algo bueno pero fue arbitrario. Les pillé magnánimos y se notaba. Sus argumentos eran vacuos como los de tu profesor. Per a mí me debieron ver tan desvalido(soy un gran actor ja,ja) que me aprobaron por lástima.
    Ya he visto por tus locos indeseables, sección profesores, que ese gremio tiene sus tiranos. Y no son pocos. Saludos

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  2. Debería ponerles sección propia, jajajaja. Además, vivo rodeada de ellos: amigos, familia... Sólo me falta casarme con uno, aunque de momento no tengo intención. Tengo anécdotas sobre el gremio a millón, sólo que algunos podrían pasar por aquí disfrazados de otra cosa. Y de verdad que sigo pensando eso del poder. Que hay gente maja? por supuesto. Pero también mucha que abusa de su posición. Yo nunca salí bien parada de las revisiones a las que fui, cuatro, que recuerde. Y mientras a todos mis compañeros les daban el famoso punto por las prácticas, yo salí como había entrado.
    Un abrazo.

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  3. Sin querer he dejado de lado mi opinión... al leerte sobre que estás rodeada de maestros jajajajaja
    pues adivina.

    aunque soy diseñadora gráfica de profesión también doy clases de Arte y realmente me gusta mucho enseñar y tratar de que mis alumnos se entusiasmen. a veces son necesarios los exámenes pero créeme a veces pasé de lidiar con directivos y cuestiones administrativas que las escuelas y institutos se han convertido....
    Creo que nos falta mas conciencia a los maestros a veces, en ponernos en el sitio cuando fuimos también estudiantes
    podemos dárnoslas de rectos pero no dudo que hallamos cometido errores o tomado actitudes a veces sin ninguna malicia y ser acusados injustamente
    deberíamos ser mas atentos a preguntar directamente y no indagar con otros y tomar prejuicios o actitudes erráticas...
    en fin...
    Yo por lo pronto deseo que mis alumnos tengan una mejor impresión al recordarme estuve en una universidad donde los alumnos te calificaban y te daban evaluación a veces me topé con argumentos muy injustos o poco objetivos jaja y ahi es donde aprendes la lección.
    alguna vez me evaluaron porque traía zapatos o vestidos lindos o hablaba "fresa" jaja ... :( pero a veces lo que a ti como maestro te importa es que alguien aprenda
    lejos de ser un maestro barco o poco diestro en la enseñanza ....

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    1. Uf, las evaluaciones que sufrís dan para una telenovela. Tengo amigos profesores de universidad que las han sufrido de muy mala manera. De esas también tengo unas cuantas historias. :D Y aunque es verdad que los profesores suelen estar en una posición de superioridad, ante las evaluaciones pueden perder una buena parte. Y si la universidad es privada, más porque en ellas los alumnos son clientes y los clientes siempre tienen la razón. En realidad, Jo, nada es blanco y negro por mucho que yo dramatice un poco las historias de los loquitos para darle un poco de emoción. :)

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