Sesión 28: Mi amiga Zaida como si nada

Nombre: Zaida.
Edad: 42.
Identificación: amiga más allá de la universidad.
Diagnóstico: amnesia e inconsciencia temporal.

 

Zaida es una de mis mejores y más queridas amigas de la universidad (y más allá) hasta que tuvo que dejar España por trabajo. Tiene sus más y sus menos, como todos, pero la quería un montón. Si hoy viene a este blog es más por echarme unas risas con ella y sus cosas que por cabreo. Aunque un poco de esto último también.

En marzo de 2018 le escribí un email para felicitarla por su cumpleaños. Me retrasé un día, quién sabe por qué, quizás porque no soy perfecta. Ella nunca fue de escribir mucho y hay gente que tiene descartados ya los emails, aunque no llegó a darme su número de teléfono alemán, así que los wasaps tampoco llegaron a ser una opción. Y no, no era una indirecta para que no me comunicara con ella, simplemente era (es) un desastre con patas para comunicarse. Que mi email quedara colgando en su bandeja de entrada era algo natural.

 

Como persona multipersonalidad que soy, tengo varias cuentas de correo y no todas las miro todos los días. Cuando empecé mis vacaciones hice repaso para ver qué se me había escapado por las rendijas del estrés y en una vieja cuenta que ya uso muy poco, me esperaba un email de Zaida de finales de julio.

 

            Doroty, hola!!!

            Que me acabo de dar cuenta de que no contestè a tu ùltimo email! Fatal!!!

 

Cinco años y medio y se acababa de dar cuenta de que no me había respondido. Cualquiera habría pensado uy, hace siglos que no me comunico con fulanita, pero ella “recordó” no haber contestado. ¿Por qué? Pues porque quería algo de mí. Y cuando se quiere algo de alguien no se puede escribir simplemente y decir Doroty, necesito pedirte un favor. No es suficiente. Tienes que recordarle a la otra persona que en algún momento hubo un vínculo entre vosotras, aunque tengas que ir con la cabeza gacha y el rabo entre las piernas pidiendo disculpas.

 

En su email me decía que iba a estar por mi ciudad en los próximos días porque iban a viajar por la zona, que si podíamos vernos. Sinceramente, no había implícito nada más. Ni que hiciera de guía para ella y quienquiera que la acompañara, ni una comida en mi casa y mucho menos alojamiento. Pero me sentó mal porque lo que estaba explícito era que para ella no había pasado el tiempo, dio por hecho que mi vida seguía siendo la misma y mis sentimientos hacia ella iguales. Aunque preguntaba si me apetecía quedar, en realidad el mensaje emitido era estás esperando por mí. Decía no contesté a tu último email como si fuera de su último cumpleaños, cinco meses atrás, en vez de tener algo más de cinco años.

 

Me sorprendió tanto ese desparpajo que en un principio pensé que se había equivocado o incluso que era un email falso. Hasta tuve que revisar ese último email para ver a cuál se refería. Sólo recordaba que ese cumpleaños había sido hacía mucho tiempo, pero no cuánto. No fue difícil comprobarlo porque ella me escribió respondiéndome a él, dejándose en evidencia aun más. Cuando vi el 2018 no pude hacer otra cosa que reírme.

 

Pensemos que hubiera sido mi novia. Un buen día deja de escribir sin cortar conmigo y cinco años después aparece queriendo seguir la relación en el mismo punto. ¿Qué pensaría cualquiera? Que menuda jeta. Pues eso, menuda jeta.